miércoles, 20 de abril de 2016

Forsaken (2015)

Intentando abandonar el pasado que le persigue, John Henry regresa a su casa con la esperanza de recuperar el perdón y el consuelo en las palabras de su padre, quien no ha sabido de él en una década. Sin embargo, sus intenciones se truncan cuando observa cómo la banda criminal aterroriza al pueblo, sintiendo que él es el único que puede detenerles.

Recomendable, pues me llevé una grata sorpresa a pesar de mis bajas expectativas. Si bien no se convertirá en un clásico del género, ver (al fin) a padre e hijo Sutherland compartiendo pantalla, merece la pena. Pensé que el pez grande se comería al chico, pero aquí el chico lo hace bastante bien. Sin superar a su padre, Kiefer está a la altura, y construye junto a él emotivas escenas que reflejan con una envidiable naturalidad el respeto y el cariño que profesan el uno por el otro. De hecho, al no ser muy apasionada del western, tengo que reconocer que fue el reparto lo que llamó mi atención.
Desconocida y menor, pero entretenida y correcta para pasar el rato. Malos malísimos, malos condenados que intentan liberarse de sí mismos para ser buenos, y el entrañable espíritu del Viejo Oeste con duelo final (¡cómo no!) incluido. 
Ya no se hacen muchas películas con una atmósfera tan nostálgica y honesta cómo ésta. 



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